Según su calidad, existían ocho clases de papiro:
v Emporíticos, usados como papel de envolver.
v Taeneóticos, de mala calidad.
v Saíticos, fabricados con materiales sobrantes.
v Anfiteátricos, de calidad media.
v Fanianos, de buena calidad.
v Livios, de muy alta calidad.
v Augusticos, de muy alta calidad.
v Hieráticos o regios, los de más alta calidad, empleados solo para textos sagrados.
La calidad del papiro la determinaba su suavidad, delicadeza y color. Esta disminuye a medida que la textura cambia y su color se oscurece.
Hoy en día el papel tiene los mismos fines que el papiro, y de la misma manera el papel puede adaptarse a diferentes tipos y utilidades que se vayan a realizar, llegando a contabilizarse hasta 467 variedades de papel.
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